Mientras aún no terminan de digerir el aumento anunciado en la energía eléctrica, referentes de la industria y los servicios empezaron a analizar el impacto que tendrá la suba de las tarifas de gas. "En general, las consecuencias del alza en los precios serán fortísimas, sobre todo en los negocios más chicos donde resultará fatal", advirtieron desde el sector gastronómico, mientras que los panaderos reclamaron una reducción de la carga tributaria sobre las boletas.

Si bien Litoral Gas presentará recién mañana el nuevo cuadro de precios, los anuncios de subas de más del 300 por ciento para los usuarios residenciales ya causaron alerta entre comerciantes e industriales de la ciudad.

El gerente de Relaciones Públicas de Litoral Gas, José María González, evitó ayer hablar de aumentos, sino que se refirió a una actualización del servicio.

El ejecutivo consideró que si bien el porcentaje puede parecer alto, en cifras reales no será significativo. "En el caso de los menores consumos venían pagando mensualmente 23 o 24 pesos, ahora van a pagar 100", sostuvo en referencia al cuadro tarifario para los usuarios particulares.

Sin embargo, en el caso del segmento de servicios, comercio e industria, se esperan subas varias veces superiores que impactarán en la factura del segundo bimestre del año.

El vicepresidente de Confederación General de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), Elías Soso, destacó que el anuncio del aumento de las tarifas de gas se realiza "en un marco general de desasosiego que tienen que enfrentar las empresas en los últimos tiempos". Y advirtió que los incrementos en las facturas de energía "tendrán consecuencias imprevisibles" en muchos emprendimientos de la región como funciones y acerías que tienen un uso intensivo de gas y energía eléctrica.

Con una larga trayectoria en la actividad empresarial, Soso cuestionó tanto la magnitud de las subas de los servicios como la forma en que se actualizaron los precios. "En la historia reciente del país no recuerdo una situación así que presente un problema de tal magnitud al mercado interno", sostuvo y pronosticó que los pequeños y medianos negocios serán los primeros en sentir las consecuencias de las "decisiones técnicas tomadas desde oficinas que no consideran los conflictos que pueden generar en la calle".

Sin proporción. El secretario del Paseo Pellegrini, Alejandro Pastore, consideró que si bien las facturas de gas no son tan abultadas como las de energía eléctrica, el impacto de todas las subas juntas será "fatal" para muchos comercios gastronómicos. Obviamente, destacó, en un negocio que paga de gas unos 600 pesos, un 300 por ciento de aumento dejará la factura en 2 mil pesos por mes, "un número significativo pero no determinante como los que empezaron a llegar con el aumento de la energía".

El problema, dijo Pastore, es la coincidencia de un alza de servicios "desproporcionada", por lo que el esquema de costos deja poco lugar a la rentabilidad. "No estamos en condiciones de absorber subas de estas características porque los márgenes son muy reducidos", advirtió y sostuvo que "marzo mostró una caída de ventas del 20 por ciento en la comparación interanual", lo que resulta preocupante para los pequeños comerciantes del sector. "A los medianos les va a costar bastante, pero no se podrá evitar el cierre de los bares más pequeños", pronosticó.

Desde el sector hotelero ya se señaló la imposibilidad de afrontar el aumento de las facturas de energía eléctrica. La gerenta de la cámara, Ofelia Polito, sostuvo que "aún no se ha analizado la suba del gas", pero destacó que muchos emprendimientos se verán complicados para surfear la ola de aumentos de costos "que no se podrán trasladar sin perder huéspedes".

Al límite. Según los registros de Litoral Gas en la provincia hay unos 31 mil usuarios comerciales e industriales. Las empresas de panificación son unos de esos usuarios intensivos del servicio. La Asociación de Industriales Panaderos reúne en la ciudad a unas 500 empresas dedicadas a la producción, distribución y venta. En su mayoría, emprendimientos familiares o medianos, con entre 8 y 12 empleados.

"Los motores de los hornos se encienden con electricidad y los quemadores requieren gas, por lo cual la energía es parte importante de nuestros costos", destacó el vicepresidente de la entidad, Jorge Vitantonio.

El dirigente señaló que si bien los porcentajes de aumento de gas "serán significativos", la suba de la electricidad resulta directamente "irracional". Y sacó cuentas: "Una panadería de la ciudad de Buenos Aires que pagaba 2.500 pesos de luz ahora abonará 12 mil pesos; pero nosotros ya estamos pagando 12 mil pesos. Un 30 o un 50 por ciento de aumento ya iba a sentirse mucho, pensar en más de eso asusta".

En el caso del gas, indicó, un comercio con tres hornos gasta unos mil pesos por mes, "lo cual no es exagerado como otros costos, por ejemplo, el retiro de los residuos por el que estamos pagando unos 2 mil pesos".

De todas formas, advirtió, un porcentaje importante de la factura (cerca del 30 por ciento) corresponde a impuestos municipales y provinciales por lo cual desde la entidad se planteó varias veces la posibilidad de reducir esta carga tributaria. "Si no se puede rebajar lo que cuesta la energía, podrían reverse los impuestos que se cobran a la energía", explicó.

Mientras tanto, detrás de los mostradores todos hacen cuentas para sobrevivir a las próximas facturas.

Problemas en el área metalúrgica

El sector metalúrgico es otro de esos grandes usuarios de gas, sobre todo los talleres de tratamiento térmico y empresas que hacen forjado. “Para ellos el gas es fundamental, fue así en los inviernos que hubo cortes y lo será también con respecto a los costos”, sostuvo Miguel Conde, titular de la Fundición San Diego, y varias veces directivo de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario. De todas formas, destacó, el problema no radica en “la suba del gas sino en la suba generalizada de todas las tarifas” que “afectará tremendamente” a las empresas. “No se trata sólo de la incidencia del gas o de la energía eléctrica sino de todos los costos y muchas empresas, que están en el medio de la cadena de valor, realmente nos encontramos al límite de nuestra capacidad”, describió.