Este miércoles los docentes vuelven a las escuelas, y el jueves, a la paritaria

A las 9 el Gobernador Lifschitz y la Ministra de Educación Balagué dejarán inaugurado el ciclo lectivo en la escuela Malvinas Argentinas. El jueves, en horario a definir, se sentarán con los gremios para hacer una nueva oferta que logre evitar el paro de 48 horas de la semana próxima.

Por: Agenciafe/Diario UNO /

El miércoles es un día clave para la educación santafesina. Por un lado, los chicos comienzan las clases después de dos días de paro; y por el otro, se convocará para el jueves a los gremios que junto al gobierno se volverán a reunir para intentar destrabar el conflicto. Cabe mencionar que el viernes pasado el ministro de Gobierno, Pablo Farías, informó que ya había una oferta mejorada pero que no la iban a presentar porque los sindicatos no estaban dispuestos a levantar el paro. Si las cifras no convencen a los maestros ya está resuelto que la semana que viene habrá otra medida de fuerza de 48 horas.

Más tarde, está previsto que se realice la convocatoria formal a los gremios. Si bien aún no se definió el horario de la reunión, recién será el jueves cuando los representantes del Ejecutivo provincial y de los docentes se vean las caras en el Ministerio de Trabajo. Allí el gobierno dará a conocer la mejora a la propuesta salarial que hicieron la semana pasada y que fue rechazada por más de 28.000 docentes sobre 30.000 que votaron en la consulta de Amsafé; y por los educadores nucleados en Sadop, UDA y Amet.

Si la oferta es interesante, los sindicalistas la pondrán a consideración de las bases de acuerdo a los mecanismos de consulta de cada gremio. En caso de que fuera rechazada, los maestros santafesinos ya decidieron que realizarán la semana próxima otro paro de 48 horas, con la posibilidad de una manifestación provincial.

Cabe destacar que los tiempos para los encuentros y la presentación de la propuesta no son demasiado extensos porque Amsafé requiere de un par de días para consultar a sus bases y dar una respuesta.

Una situación compleja

El rechazo a la propuesta por parte de los gremios docentes llegó después de un par de semanas de debate en la mesa paritaria. Cabe recordar que el 18 de febrero el gobierno hizo la primera propuesta que era del 30 por ciento en tres etapas. Y el lunes 22 hubo una mejora llevándola al 30,5 por ciento en dos etapas más una suma fija a pagar con el salario de febrero. Esa fue la que los docentes consideraron y a la que dijeron no.

Uno de los principales problemas que tenía la propuesta –además de que estaba por debajo del 35 por ciento que los sindicatos habían señalado como piso para la discusión– es que estaba incluido el aumento del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid) que el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, había anunciado pero luego se negó a firmar en el acta paritaria.

Por lo tanto, no existía ninguna certeza de que el porcentaje de incremento que ofreció Santa Fe se fuera a materializar en las cuenta de los maestros porque el incentivo docente representaba entre un cuatro y un seis por ciento, de acuerdo a la categoría, de la propuesta realizada.

El Fonid es dinero que paga la Nación a los docentes de todo el país para garantizar sueldos adecuados en todas las provincias. Bullrich había prometido llevar ese aporte de 510 pesos a 810 en febrero y a 1.010 pesos en julio. Pero luego se negó a firmar el acta en el que también establecía una suba del 40 por ciento para el cargo testigo en el país.

Finalmente, el mismo día en que la asamblea de Amsafé y el congreso del Sadop definían el rechazo a la propuesta salarial del gobierno santafesino, después de haber votado durante un día y medio en las escuelas, el gobierno nacional anunció que había llegado a un acuerdo en la paritaria federal y que incrementaría el incentivo a 810 pesos en febrero y a 1.200 desde julio. Eso tendrá un impacto importante en la propuesta santafesina.

Si bien la ministra de Educación, Claudia Balagué, convocó a los gremios el viernes para intentar mejorar la oferta y evitar los paros, los dirigentes sindicales ya tenían un mandato de asamblea que no podían desoír.