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Deportes 26.02.2016

EMPATE CANALLA CUANDO PARECÍA DERROTA: UN SORBO DE COPA PARA EL REGRESO ESPERADO

El retorno de Central a la Libertadores tras diez años tuvo un marco imponente y aunque en la cancha no pudo corresponder de igual manera, le alcanzó para zafar, barajar y dar nuevo.

Por: Agenciafe/La Capital /

El sabor encantador de irse de copas. La sensación inequívoca de que el club todo dio un salto para jugar en las grandes ligas. Una adrenalina distinta, hasta un estadio diferente y ante un rival que la sabe lunga en estas lides, que le dio marco acorde. Todo conjugado para una noche diferente, especial y cargada de simbolismo. Un regreso a la Copa Libertadores de América que es un triunfo para la institución, sin dudas, después de una década signada de malos presagios y peores sufrimientos. Volvió Rosario Central, sin la victoria que todo su pueblo quería pero con un empate agónico sobre el lustre de Nacional de Montevideo que le da permiso para soñar. Más si el héroe del momento, Marcelo Larrondo, no lo deja en la estacada.
  Volvió la Copa al Gigante y Arroyito fue otra cosa. Desde aquella noche de abril de 2006 en la que hasta el cielo lloró por la eliminación frente a otro Nacional, el de Medellín, bajo un diluvio, mucha agua corrió bajo el puente y no sólo Central no volvería a jugar la Libertadores, sino que hasta perdió su lugar en la elite nacional.
Por eso, más allá de que no pudo plasmarlo en el resultado querido ni dejó la imagen reconocida de este equipo made in Coudet (porque tampoco fue el original, vale decirlo), el empate del debut hay que ponerlo en su justa medida.
  Una vez ubicados en las coordenadas de tiempo, el espacio entregó todas señales diferentes a las habituales que Central deberá ir decodificando rápido en el camino de la Copa.
Desde el contexto con público visitante (y muy numeroso, por cierto, de un grande uruguayo), al sorteo para ubicar los equipos en vez del consenso para que el arquero rival no termine detrás de la barra local. De la postura de un oponente que vino a batallar más que a jugar, habitual en la Copa, a la propia de ir siempre al frente que a veces no es suficiente en estos contextos, porque el fútbol no es el mismo en todos lados, aunque lo parezca.
  De la debilidad propia por poner en cancha un equipo mixturado a las picardías ajenas de demorar hasta la exasperación en cualquier ocasión pero teniendo siempre claro a qué jugaba, este debut copero canalla entregó señales inequívocas de que esta atrapante historia en la Libertadores se debe escribir de otra manera, o con más aditivos. Y que habrá que adaptarse enseguida.
El último grito de Larrondo, emotivo como cualquiera que se consigue al final para al menos no irse derrotado, maquilla la impresión, pero vale decodificarla.
  Y no es que Central no mereciera ese empate de su nuevo superhéroe (ver “El salvador”), el que tomó la posta de Marco Ruben, por las numerosas situaciones que creó, que incluyeron un penal válido no cobrado apenas unos minutos antes del dudoso que sí terminó dando el colombiano Roldán.
Pero así como en su búsqueda pos 0-1, recién con Larrondo en cancha imprimió su sello en la búsqueda ofensiva, quedó claro que jugar la Copa sin el once ideal es un hándicap que anoche pudo tener un costo mayor. En todo caso, se puede especular ahora que la historia recién comienza, pero Coudet deberá ponerse más riguroso en adelante, un lindo problema en todo caso, si es que se pretende (y puede hoy por hoy) protagonizar todo.
  Todos quieren la Copa. Se coreó en las tribunas, se palpó en el aire del Gigante, estalló con el nuevo grito salvador de Larrondo. No se quiere volver después de 10 años para estar de paso. Del primero zafó, lo dio corto. Entender qué requieren los siguientes será la clave para seguir copándose, como al fin y al cabo lo vivió Central en el principio y en el fin.

De nuevo superhéroe, cuatro día después

Marco Ruben sólo jugó el clásico de titular y, aunque parezca mentira, su ausencia está disimulada. Larrondo  fue clave en 4 de los 5 partidos de Central, marcando goles en todos. Además, con un sello distintivo que lo convirtió en héroe y evitando derrotas. Cuatro días antes de la cita copera, primero hizo uno en contra que fue el 3-1 de River, luego descontó y en el adicional puso el 3-3. Anoche Central se potenció con su ingresó. Le sacaron un gol en la línea, le cometieron el penal sobre la hora y él mismo lo convirtió para empatar. Jugó siempre, pero ayer Coudet tomó la precaución de sentarlo en el banco porque venía con molestias físicas.

Con Coudet no cae de local, pero no gana en Copas

El gol de penal de Larrondo extendió el invicto que tiene Central en el Gigante en la Era Coudet a 19 partidos, con 10 triunfos y 9 pardas. La última derrota fue el 30/11/2014, dirigido interinamente por Hugo Galloni.
  Por otro lado, los canallas extendieron a 6 partidos sin triunfos en su estadio en un torneo internacional. El último: el 29/08/2005, cuando el equipo de Ariel Cuffaro Russo le ganó 1-0 a Newell’s con gol de Rivarola y lo eliminó de la Copa Sudamericana 2005.
  En la última década, en campeonatos de la Conmebol perdieron 1-0 con Inter de Brasil (Sudamericana 2005); 2-0 con Cerro Porteño, 0-0 ante Palmeiras y caída 2-1 con Atl. Nacional de Medellín en la fase de grupos de la Libertadores 2006; 1-1 frente a Boca (Sudamericana 2014) y el 1-1 de ayer.
  Esta serie sin éxitos de local es la peor racha de la historia: logró 3 puntos sobre 18 (el 17 %).

“Para ser irremplazable, uno debe buscar siempre ser diferente”

Coco Chanel