La idea no es generar alarma, pero sí activar los mecanismos posibles de precaución, según definió Marcos Escajadillo, secretario de Protección Civil del Ministerio de Gobierno de la provincia y participantes del gabinete de emergencia que está actuando en el Sifem.

El diario La Nación publicó hoy estimaciones del posible escenario de otoño: hasta 140 mil evacuados y 3 millones de hectáreas anegadas en el país. Hay que advertir que ésa es una posibilidad estimativa para proyectar acciones preventivas, pero no un pronóstico que necesariamente vaya a cumplirse.

Por lo pronto Escajadillo recordó que la Organización Meteorológica Mundial formuló las advertencias en septiembre y que desde entonces “venimos trabajando”. Refirió en ese sentido la declaración de la emergencia hídrica, mantenimiento de defensas y canales de desagües, contactos permanentes con intendentes y presidentes comunales y alquiler de 40 motobombas y electrobombas -con grupos electrógenos incluidos- para asistir eventuales escenarios en la Costa desde Santa Fe hacia el norte.

El funcionario provincial mencionó además que se han registrado unos mil voluntarios para capacitación de la acción civil y que hay ONG’s, además de Cáritas, Cruz Roja, planteles de guardavidas y 3.500 hombres de la Federación Santafesina de Bomberos Voluntarios, capacitándose para lo que viene.

Renda refirió por su parte que el pronóstico de El Niño parte de la Dirección Nacional de Análisis de Riesgos en base a informes científicos de distintas áreas. Y recordó que el gobierno nacional ya dispuso un fondo de unos $ 250 millones para hacer frente a lo que pueda suceder.

“Todavía el fondo no está operativo pero estamos recibiendo los requerimientos de las provincias, las Fuerzas Armadas y de los efectores de Salud para empezar a hacer las transferencias”, señaló el funcionario nacional, que ratificó que los fondos se girarán para ser gestionados en cada escenario específico por autoridades locales “en base a las prioridades que informen las provincias más afectadas como Santa Fe, Chaco y Corrientes”.

Cabe recordar que el Sifem se creó en 1999 tras las inundaciones del ‘98 en las que el país padeció -una vez más- la falta de un sistema integrado para catástrofes.

La Niña

• Ella podría dominar el clima global; eso sucedería recién desde mediados de año y aliviaría la primavera y lo que sigue en el hemisferio sur, que pasaría así del exceso pluvial a niveles moderados o menores de lo normal en materia de lluvias. Así lo pronostican la mayoría de los modelos científicos de oficinas estatales que se reúnen en el Centro de Predicciones Climáticas y el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad, en la agencia de Océanos y Atmósfera de los Estados Unidos. Los sensores marcan un Pacífico ecuatorial más caliente de lo normal y los expertos ven allí indicadores de un “El Niño Fuerte”, pero con algunas variables que comenzaron a declinar.

" Los pronósticos hidrológicos que se refieren al nivel que puede alcanzar el río en un determinado sitio, únicamente se pueden efectuar luego de que se producen los eventos de lluvias”.

Ingeniero Carlos Paoli

Director del Centro Regional Litoral del Instituto Nacional del Agua. Docente en Ciencias Hídricas/UNL

" Venimos trabajando desde diciembre. No vamos a generar alarma en la población, pero sí hay que saber que estamos en estado de alerta y trabajando en la prevención”.

Marcos Escajadillo

Secretario de Protección Civil de Santa Fe

¿Qué es lo que puede pasar?

Santa Fe ya conoce lo que sucede cuando los ríos están altos y una lluvia fuerte cae dentro de una ciudad cercada por defensas. Los costeros tienen repetidas experiencias sobre los impactos sociales y económicos del agua en niveles extraordinarios.

La región afronta la temporada de lluvias de otoño con un río alto que se niega a bajar. El hidrómetro del puerto local marcaba hoy 6,03 metros, apenas un centímetro menos en las últimas 24 horas según registros de Prefectura Naval. De Goya hacia el sur los niveles fluviales son estacionarios entre estados de alerta y evacuación; más al norte el caudal fluctúa poco.

La localización y repetición de eventuales precipitaciones -como la que ayer se registró en Córdoba- y su incidencia en el nivel del río es imposible de predecir. La ciencia sólo puede establecer la posibilidad de niveles pluviales por encima de los promedios históricos para esta época del año en una región más o menos amplia. Esa posibilidad y el valle aluvional del Paraná en niveles altos obligan a la prevención.