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Deportes 11.02.2016

PARA SEBASTIÁN DOMÍNGUEZ, "EL CLÁSICO ROSARINO SE DRAMATIZA SIEMPRE"

Lo volverá a disputar tras doce años y dijo que “es un partido que juega emocionalmente para los dos equipos. Cuando pasan cosas fuera de lo deportivo es difícil para todos”.

Por: Agenciafe/La Capital /

 “Esperamos salir fortalecidos con un resultado positivo y así empezar a construir una confianza para el resto del torneo”. Sebastián Domínguez tomó la palabra, el único del plantel que lo hará antes del clásico más allá de la conferencia de mañana de Lucas Bernardi. El Negro respondió a cada una de las consultas en la previa de un clásico caliente como todos, pero en Newell’s existe una presión extrema por la falta de buenos resultados. Existe ansiedad de festejar frente a su eterno rival por primera vez en este ciclo dirigencial. Y, además, el DT lo necesita de manera urgente para calmar algunas broncas y encontrar la paz que necesita para seguir con su tarea.

  Hoy la sensación térmica popular leprosa está en sintonía con las altas temperaturas diarias. Se palpa la tan mentada “necesidad” de festejo y sólo cotiza ganar. Sobre esto, el Negro opinó: “Es un partido que emocionalmente juega para los dos equipos. Por eso hubo muchos empates. Es durísimo para jugar. El que gana sale fortalecido y el que lo pierde golpeado. El cuerpo técnico lo sabe de entrada y debe convivir con la presión tanto como nosotros. Nunca se puede desestimar ganar y es lo que te hace ser mejor o peor”.
  El clásico no sólo se juega en la cancha si no fuera de ella. Con el paso del tiempo cada vez todo se fue tornando más intenso, los reclamos son extremos hasta orillar la locura, como los momentos que le tocó vivir a la abuela de Maxi Rodríguez, por citar un ejemplo. Una situación que llevó a que en esta ocasión transite la semana con custodia. Un desatino cuando sólo se piensa que es sólo un partido de fútbol. Pero en realidad parece que no es así.
 Domínguez hace muchos años que no es protagonista, pero la previa y pos clásico de hoy son bastante diferentes a los que disputó hace una docena de años. ¿Por qué? “Cambió el mundo, las redes sociales... Hay más inclusión de pensamientos y está bien, pero a veces genera una bola de emociones que se hace imparable. En la pretemporada se me escapó decir que había que desdramatizar el clásico. No lo dije restándole importancia porque nadie me tiene que explicar cómo es un partido de estos. Cuando empiezan a suceder cosas afuera de lo deportivo es difícil para todos, para jugadores y también periodistas. Es una ciudad futbolera que tiene un montón de cosas maravillosas y padece otros matices que no son saludables para el fútbol. El clásico será dramático siempre, pero hay que convivir con eso. Nosotros con declaraciones y dentro de la cancha tratando de ser inteligentes y coherentes, sin dejar de correr y meter e imponernos. El mensaje debe ser uno dentro de lo deportivo: ganar, perder o empatar. El resto de las cosas, el bendito folclore... es ahí donde hay que sacarse la camiseta, pensar que la gente tiene muchos problemas y los traslada a una cancha y nosotros debemos colaborar. Es un partido que entrega emociones que no viví en ningún lado”.
  —¿Encontrás de dónde viene la responsabilidad para que pase esto?
  —Son muchas cosas. El deporte se ha vuelto voraz. Acá pasa porque es una ciudad en la que hay dos equipos en primera, todo está comprimido. Rosario es grande, con dos equipos que históricamente han sido protagonistas de torneos, respetados en el país y a nadie se le cruza por la cabeza que no sean protagonistas. En otros lugares no pasa eso. El rosarino vive desde un lugar, consume el diario de la ciudad y no le presta atención a lo que pasa en Buenos Aires. Eso hace que todo lo que suceda sea muy importante. Se ha puesto más violento, más incomprensible, pero no creo que sea un problema sólo nuestro. Más allá de este relato, que parece trágico,  jugar un clásico es hermoso. La tristeza o alegría de un clásico ganado es más importante dentro de tu carrera que a veces quedarse con un torneo o jugar en la selección.
  —¿La presión es mayor debido a que hace varios años que Newell’s no consigue un buen resultado?
  —La presión está siempre y el fútbol se trata de ganar por más vuelta que le des. Uno puede elegir las herramientas. La sentimos y es lógica porque hace un tiempo que no ganamos uno. Cuando entramos a la cancha somos los primeros que tenemos la sensación de que hay que ganar. Hay muchos que nacimos acá y este partido se juega de una manera emocional especial. Nunca tuve estas presiones en otro lado como en un Ñuls-Central.

“Será de hacha y tiza”

La cuestión física puede ser un factor que incida, sobre todo si se tiene en cuenta las altas temperaturas actuales. De todas maneras, el Negro dejó en claro que “no hay excusas para ninguno y será un partido de hacha y tiza”. Y abundó: “No hay diferencias y nadie llegará diferente”.
  También el defensor habló de la línea de tres con la que jugaron ante San Martín: “Cuando la ensayamos en las prácticas había salido muy bien. No creo que haya sido error de sistema. Para enfrentar a un equipo como Central tenemos que estar mejor de lo que lo hicimos contra San Martín para tener aspiraciones de ganar”.
 

Del equipo aún no hay señales

El equipo para el clásico aún sigue siendo una incertidumbre. No hay pistas de las variantes —en caso de que haya— que realizaría Lucas Bernardi. Algún retoque se especula que habrá, por algo esta semana Hernán Villalba comenzó a ser exigido para ver si puede llegar a estar entre los once. El punto medular está en la zona de volantes y ahí habría modificaciones, aunque también se especula con una variante en la defensa. Hay nombres que dan vuelta, pero no hay precisiones. Hoy habrá una práctica de fútbol en Bella Vista y lo que suceda ahí entregará algunos datos, aunque la confirmación llegará el mismo día del encuentro.
  Ayer el Mudo nuevamente fue probado y hasta el momento vendría respondiendo satisfactoriamente. Si el DT determina retocar la formación en uno de los lugares que lo haría sería en la zona del volante central. Si elige al Mudo u otro cinco tal vez pueda devolver a Cáceres a la zaga central o al lateral derecho. También aparece Formiliano como otra opción para ingresar y debutar con la rojinegra. A pesar de que el uruguayo aclaró que es zaguero, también reconoció que en Uruguay jugó de volante, por lo tanto no habría que descartar esta posibilidad. ¿Habrá alguna otra sorpresa en el once?
  Por lo pronto, el plantel hoy entrenará por la tarde en Bella Vista y luego particirá del banderazo en el Coloso (ver aparte).
  Que sí, que no. La dirigencia de Newell’s ayer estaba tratando de lograr la contratación del volante uruguayo Sebastián Rodríguez. “Hay chances de que se haga”, confiaron desde el club. Empero, la página Tenfield ayer publicó: “No irá al equipo argentino. El volante no tiene cláusula de salida”. Aunque el jugador quiere venir al Parque.

Mugni, entre versiones diferentes

“El inconveniente en el tema Mugni es que Ñuls no pagó las dos primeras cuotas”, expresó Raúl Dadea, abogado del jugador, para aclarar la situación por la cual uno de los refuerzos que arribó el año pasado al club aún no puede jugar, aunque ayer desde el Parque informaron que “jueves (hoy) o viernes estaría habilitado y podría estar para el domingo”. Lo que está claro, según su abogado, es que “Lucas cumplimentó con todos los trámites para que le den la visa”.
  La ausencia de Mugni había llamado la atención y desde el club habían esgrimido que existía un problema de “papeles”, esto quería decir de habilitación. Lo que en realidad es cierto, porque Flamengo se niega a enviarla porque reclama el pago de las dos primeras cuotas vencidas. “Son dos préstamos (de 166 mil dólares cada una, es decir un total de 332 mil), uno del 31 de julio a diciembre de 2015 y el otro de enero a junio de 2016. La primera cuota de 83 mil venció el 20 de agosto de 2015 y la segunda el 20 de noviembre. Newell’s no pagó nada. El 20 de este mes vence otra cuota correspondiente a este año, también de 83 mil”, explicó Dadea en diálogo con Ovación, quien resaltó que “hoy no es jugador ni de Newell’s ni de Flamengo porque debe firmar el contrato, ya sea que el club lo mande o ir a Brasil”. Ante esto hoy resulta complicado que pueda estar en el clásico, salvo que se aceleren las gestiones.
  Mugni estuvo en Brasil el 24 de enero, ya que debía renovar la visa laboral que “debe hacerse cada dos años y a él se le terminó el 21 de enero. Cumplió con toda la documentación”, expresó Dadea.
  A la vez, aclaró que más allá de la deuda económica “no hay impedimentos para que mande el TMS. Hay un reglamento —capítulo 4 de Fifa— que no puede existir traba más allá de que exista una deuda, algo que se puede reclamar por vía judicial. Pero Flamengo consideró que hasta que Newell’s no cumpla con el pago no lo va a mandar”.
     De todas formas, ayer en Ñuls informaron que “todo está encaminado” y la cuestión se resolvería.

“El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo”

Paulo Coelho