Los fiscales Gonzalo Fernández Bussy y Carlos Covani requirieron realizar un juicio contra dos personas a quienes consideran miembros plenos de la llamada Banda de Los Monos. A criterio de los acusadores, ambos son engranajes relevantes del grupo al que se atribuye apelar de manera sistemática a la violencia como instrumento para asegurar sus variados negocios delictivos.

Uno de ellos es Ariel Máximo Cantero, el miembro mayor del clan de barrio Las Flores, ahora imputado por asociación ilícita agravada, una figura penal más severa que aquella por la cual fue procesado hace cinco meses. El otro es el comisario inspector Gustavo "Gula" Pereyra, que era el uniformado con mayor rango en la Secretaría de Delitos Complejos de la provincia, acusado de aportar información al círculo superior de Los Monos para que la banda pudiera burlar a la Justicia y mantener la impunidad de sus actividades (ver aparte).

Apellido. Cuando en abril pasado Cantero fue ubicado por azar en un carro tirado por un caballo por la zona sudoeste llevaba casi tres años prófugo. Sus abogados decían que lo detenían por portación de apellido porque hacía años que estaba alejado de sus familiares, como su hijo Máximo Ariel "Guille" Cantero, quien llegó a pactar una condena aceptando ser jefe de una banda dedicada a cometer múltiples delitos.

Dos meses después la jueza Alejandra Rodenas procesó a Cantero, conocido como "El Ariel" o "El viejo", como miembro de asociación ilícita. Para la magistrada no había elementos para atribuirle ser jefe aunque destacaba que tampoco era un miembro raso del grupo.

Lo que hicieron los fiscales ahora fue decir que la prueba documental reunida permite acusar sin duda alguna a El Viejo, de 51 años, como jefe de asociación ilícita. Al pedir el juicio, Fernández Bussy y Covani indicaron que las escuchas acopiadas sitúan a Cantero padre no como un mero observador de la situación sino que era un referente al que le rendían cuentas o le reportaban situaciones como se le informa de un hecho a un superior.

Los fiscales dicen que El Ariel ejercía, tal como otros miembros de su misma jerarquía, un rotundo control de las actividades que se planeaban. Y también recuerdan que pese a no procesarlo como jefe, Rodenas consideró al "Viejo" como miembro de jerarquía, es decir que estaba al tanto sobre cuestiones relacionadas con la organización.

El listado. Los acusadores aportan en su escrito escuchas que dejan apreciar la participación en temas de la asociación ilícita y la preeminencia de El Viejo sobre sus hijos: el Guille, el prófugo Ramón "Monchi" Machuca y "El Pájaro" Claudio Cantero. En especial las escuchas completas entre Monchi y "Máximo" EM_DASHasí llama Machuca a El ArielEM_DASH donde abundan alusiones a restantes miembros de la banda.

Por ejemplo en las correspondientes al 31 de mayo de 2013, en ocasión de múltiples allanamientos a casas de la familia en barrio La Granada, Monchi informa permanentemente a El Ariel sobre la evolución de esos operativos, sus resultados y las detenciones.

La causa es la 913/12 que se inicia con el asesinato de Martín "Fantasma" Paz el 8 de septiembre de 2012, un hecho que se presume fue ordenado por los Cantero aunque no está esclarecido. En las escuchas de ese día Monchi y El Viejo aluden a varias personas a partir de sus seudónimos en implícita alusión a una organización común que incluye a ambos interlocutores y a los nombrados. Se destacan frases como "es por lo del Fantasma"; "te llamaba para decirte que te tomés el palo, que no andés por lugares que andamos siempre porque saben todo los milicos"; "cambiá esta radio que nos tienen todos los teléfonos interferidos"; "sí, estoy guardado, ya está, qué querés que te diga".

Los fiscales consignan una escucha del 27 de mayo de 2013, un día después del crimen del "Pájaro" Cantero, en la que Monchi y Ariel hablan del asesinato de Diego Demarre, ocurrido instantes antes, como venganza supuesta de la ejecución del Pájaro.

Citan además una declaración de un testigo de identidad reservada en la causa 913/12, quien el 6 de noviembre de 2013 asegura que El Viejo manejaba cinco bunkers de la zona de Avellaneda entre Seguí y Circunvalación. Este testigo, más Luis Paz, padre del Fantasma, dicen que Juan Domingo Ramírez es mano derecha del Ariel. Ramírez es un acusado de sicario que se fugó escandalosamente de la Jefatura en enero de 2014, fue recapturado en Corrientes y ahora está procesado como miembro de Los Monos.

También reportan los fiscales una declaración de Diego Cuello, actualmente preso por narcotráfico, que asume haber sido amigo del Fantasma Paz. “Sobre su muerte todos dicen que lo mataron Los Monos, los Cantero, porque les debía plata (...) aunque nadie me dijo quién lo había matado”. Sobre los Cantero dice “no sé a qué se dedican”, pero afirma que “al frente hay básicamente cuatro (...) El Guille, que se llama igual que el padre, el Pájaro, el Monchi, que fue criado por los Cantero y el cuarto es El Ariel, el padre, que está como retirado”.

Cuando declaró ante Rodenas en mayo pasado El Viejo dijo que llevaba diez años sin relación con su familia, salvo con sus hijas. Pero para los fiscales, de acuerdo a las escuchas, el contacto con sus hijos varones era fluido. El 10 de mayo de 2013 Monchi le avisa de la presencia de la Policía Aeroportuaria en Oroño y Lamadrid. El 29 de mayo de 2013 Monchi le dice que el Tarta (Guille) le pidió “que le mande la herramienta (arma de fuego) que tenía allá y la carabina”.

En otro testimonio citado por los fiscales, El Ariel es aludido como jefe original y en ejercicio de la banda. Uno de los que habla es Diego G. (foja 2293) cuyo aporte permitió echar luz sobre crímenes no esclarecidos de 2012 que ahora se atribuyen a Los Monos. Este hombre dijo ser adicto y desde esa perspectiva, focalizando en el negocio narco en que participaba, dio detalles sobre una banda ligada a los Cantero. “La cara visible es el «Gordo» Salomón, que responde a Máximo Cantero, El Viejo”, declaró.

Otro elemento es la declaración de una mujer que vive en el barrio de los Cantero y dio cuenta de usurpaciones de casas. Ella declaró haber recibido amenazas del Monchi y otros miembros de la familia. Menciona con nombre a muchos (“Guille”, “Cele”, “Monchi” y Ariel Cantero padre), afirma que “los Cantero” echaron a personas de sus casas porque “no las dejaban en paz”. Describe que “antes del casino había todos ranchitos y eso fue una guerra y los Cantero mandaban a los soldados y les pegaban a la gente para que se fueran”.

Por estos elementos los fiscales afirmaron que El Viejo Cantero no era miembro sino jerárquico y requieren que sea enjuiciado como uno de los jefes de Los Monos.