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Deportes 17.01.2016

ROSARIO, LA PESCA EN EL RÍO Y CENTRAL, EL REFUGIO COMÚN QUE UNE A RUBE Y ALDO POY

La fidelidad a los colores auriazules hermanó a ambos delanteros en sus respectivas carreras. Es cierto que uno surgió en el club y luego se fue y recorrió el mundo, en tanto el otro jamás se movió de Arroyito.

Por: Agenciafe/La Capital /

 La fidelidad a los colores auriazules hermanó a Marco Ruben y Aldo Pedro Poy. Es cierto que uno surgió en el club y luego se fue y recorrió el mundo, en tanto el otro jamás se movió de Arroyito. Pero hubo un instante en sus vidas en que mantuvieron una postura inflexible, tratando por todos los medios de no dejar del club. Y fue en la isla donde encontraron un refugio en el mundo. Casualidad, o no, junto al río Paraná y la serenidad que depara la naturaleza y las aguas del río marrón, ambos atravesaron momentos cruciales a la espera de la definición de sus respectivas carreras, que no tuvo otro desenlace que el deseado, que fue seguir en Central.

Estas últimas semanas resultaron intrigantes para Ruben. Sabía que la paciencia era primordial para no dejarse llevar por la ansiedad mientras Central negociaba la compra del pase con Dinamo de Kiev. Al principio estuvo "tranquilo", aunque con el paso de los días el estado de ánimo cambió. "Me impacienté un poco", admitió. El bálsamo para sobrellevar esta situación fue el río y una gran pasión: la pesca. No es novedad. Lo hace desde siempre.

"Es un vicio", contó su representante Andrés Miranda, acompañante de esas excursiones de pesca. Días atrás salieron a pescar y, obviamente, a partir de que la operación con Dinamo se iba dilatando, el delantero le estuvo preguntando cómo se iban desarrollando las tratativas, mientras esperaban el pique de algún pez. La tranquilidad del lugar sirvió para menguar la inquietud del delantero por una definición que tardaba y las trabas econónmicas del club ucraniano para venderlo.

"A Dinamo de Kiev le aclaré que no tenía otro objetivo que no sea jugar en Central", manifestó el atacante de 29 años. "Y, la verdad es que no", dijo 46 años antes Aldo Poy a la dirigencia de Central, ante la pregunta de si estaba dispuesto a irse a Los Andes. Poy, al igual que Ruben, tenía en claro que su vida giraba alrededor de Central y no se quería mover de allí. La isla, como ocurrió con el actual goleador, fue un sitio que le permitió sobrellevar un momento particular de su vida.

Marzo de 1970 fue bien diferente a enero de 2016 para el hincha canalla. La continuidad de Ruben tuvo en vilo a todos. Retener al goleador y figura del fútbol argentino era un deseo unánime. Con Poy no sucedió lo mismo. La idolatría llegaría con el tiempo. Desde del debut en primera, en 1965, era un futbolista que no terminaba de ser aceptado por la hinchada y hasta recibía cuestionamientos. De allí que la intención del entrenador Angel Tulio Zof, si justamente otro ídolo canalla, de llevarlo a Los Andes, no generó mucho en la parcialidad auriazul.

Sabiendo que su traspaso a Los Andes era inminente, Poy tuvo días agitados. Lo fueron a buscar a la casa, en la zona norte de la ciudad, para cerrar el acuerdo, y le pidió a la madre que dijera que no estaba. Se fue a dar una vuelta por el parque Alem para pensar tranquilo y en eso se encontró con un pescador conocido de su padre.

Poy contó que al papá le gustaba cazar pajaritos y para eso cruzaba el río con este pescador y se quedaba a dormir en su rancho. Entonces, al actual concejal se le ocurrió pedirle que lo lleve en bote hasta el rancho y permanecer allí, hasta que Los Andes se cansara y desistiera de comprarlo.

La isla en la década del 70 tenía una vida mucho apacible que en la actualidad. Poquísimas embarcaciones eran las que transitaban y en esa calma Poy dejó transcurrir las horas y estuvo un par de días hasta regresar.

Si bien el interés del club milrayitas fue decreciendo, Poy antes tuvo una última charla con Víctor Vesco, flamante presidente de Central, que ya venía cumpliendo otros cargos en anteriores comisiones directivas. Viendo que daba tantas vueltas, el escribano le preguntó si se quería ir o no. "Y, la verdad es que no", manifestó Poy, que no dudaba de sus deseos.

Poy tuvo otra chance de irse, a Europa en 1973, cuando ya tenía dos títulos con Central y había protagonizado la recordada "palomita". Sabía que su mundo estaba acá. Como Ruben. "Era lo que tanto quería", declaró el actual delantero una vez que tuvo la seguridad de que no se movería del club. Lo dijo con esa sencillez poco usual de un futbolista que es estrella y que hasta le reconoció un hincha de Newell?s que ocasionalmente compartió un rato con él, justamente en la isla.

Ruben tiene un rancho en la isla, "a una hora de Rosario", según manifestaron desde su entorno, y en alguna que otra ocasión lo acompañan jugadores del plantel. Allí un simpatizante rojinegro, junto a otros leprosos y canallas que lo acompañaban, divisaron al goleador, Pablo Alvarez, Damián Musto y alguno otro más. Medio en broma les plantearon por qué no los invitaban a jugar al truco. Lo que no esperaban es que Ruben y sus compañeros aceptaran gustosos. Este hincha de Newell?s, que contó la anécdota, no lo podía creer. "Pensar que unas semanas antes lo había estado insultando porque nos había hecho un gol y ahora lo tenía ahí enfrente de la mesa. Es un tipazo", contó este leproso, destacando la humildad del atacante, como así también de los otros jugadores.

En esas islas donde la paz es moneda corriente, Ruben y Poy vivieron instantes cruciales de sus carreras, de sus vidas. Y con un final feliz.

“El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo”

Paulo Coelho