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Policiales 11.01.2016

NACIONALES

Más de 800 denuncias por la presencia de los prófugos en Santa Fe

Vecinos en toda la provincia contactaron a comisarías y al 911 para denunciar la presencia de los dos prófugos. Los investigadores esperan que Cristian Lanatta y Schillaci se aproximen a los cascos urbanos en busca de ayuda.

Por: Infobae /

 El impactante operativo iniciado en la localidad santafesina de Helvecia, a 20 kilómetros de Cayastá, donde fue atrapado Martín Lanatta malherido y sangrando luego de volcar en una camioneta, no dio ningún resultado: su hermano Cristian y su cómplice Víctor Schillaci no estaban allí, informaron fuentes del Gobierno santafesino a Infobae.

De todas formas, el procedimiento de este domingo fue un gesto de rapidez de reflejos. Efectivos de Gendarmería, de la Policía de Seguridad Aeroportuaria irrumpieron en la zona y hasta un helicóptero de la PFA se movieron hacia Helvecia y la zona de Colastiné sobre la Ruta Provincial 1, junto Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y la Policía Táctica de Santa Fe montada a los techos. Habitantes de la zona informaron que los dos prófugos habrían intentado irrumpir en casa de una enfermera, entre otras versiones. Pero en una provincia que no puede dormir la siesta y con sus vecinos bajo orden de encerrarse en sus casas, estas versiones se volvieron un síntoma recurrente.

Entre esas 800 denuncias estuvo la que permitió apresar a Martín Lanatta en Cayastá

Durante el sábado, la Policía santafesina recibió más de 800 denuncias en toda la provincia sobre la supuesta presencia de los prófugos, tanto en comisarías como en el 911 y en el viejo comando radioeléctrico que todavía funciona en algunas zonas. No es algo raro: las denuncias seriales son un cliché en los casos policiales de alto perfil. "Los policías locales saben quién es quién en los pueblos para separar paja de trigo", dice una fuente gubernamental.

Por otra parte, la avalancha de reportes fue una bendición mixta: entre esas 800 denuncias estuvo la que permitió apresar a Martín Lanatta en Cayastá para que termine en una celda de la Unidad 1 de Ezeiza, un llamado a la comisaría local que llevó al despacho de tres efectivos. La caza veraniega de iguanas, una costumbre local, incrementó la paranoia con hombres con rifles por el campo que se multiplican.

El domingo, las fuerzas de seguridad tanto santafesinas como nacionales y los investigadores del caso buscan bajarle el tono a la polémica de sobre el bochornoso anuncio de la captura, en una versión que llegó hasta Gabriela Michetti y Mauricio Macri mismo, mientras que Cristian Lanatta y Víctor Schillaci no estaban en ninguna celda de comisaría. Se había generado un juego de culpas inmediato; voces cerca de la Presidencia y del Ministerio de Seguridad en Paseo Colón señalaban a las autoridades santafecinas como el origen del falso dato. De vuelta en Santa Fe, responsabilizaban a las fuerzas federales como originadoras de la versión. El falso dato hasta había llegado al Servicio Penitenciario Federal, que activó un alerta para recibir a los tres supuestos detenidos.

La conferencia del sábado de la ministra Bullrich, donde elogió a la Policía de Santa Fe liderada por el comisario Rafael Grau, fue percibida como un gesto conciliador. El TOE y la Policía Táctica cobraron nuevo protagonismo en la pesquisa y comenzó un relevo de efectivos de cara a policías que trabajaron 72 horas sin descanso. Sin embargo, el operativo, en un primer momento liderado por el comandante mayor de Gendarmería Claudio Brilloni, sigue siendo potestad de las fuerzas federales.

Ahora, se apuesta a una nueva hipótesis: Schillaci y Cristian Lanatta, no tardarían en dejarse ver. Con armas pero sin recursos, llegarían pronto a los cascos urbanos de la provincia. "En algún momento van a necesitar atención médica, van a necesitar comunicarse, van a tener hambre y sed. Son dos semanas de huída. Y en el campo se les va a complicar. Van a tener que acercarse a las ciudades", apunta una voz de peso en la pesquisa.

De vuelta en Comodoro Py, el juez Sergio Torres y el secretario Martín Yadarola deberán peritar una lista de llamados en teléfonos que los prófugos dejaron detrás en Matilde. El fantasma de una red de poderosos contactos que auxilia a los autores materiales del triple crimen es una constante en el caso, pero hasta este sábado, las señales de que tuviesen apoyo, al menos en la causa en manos de Torres, eran nulas. El fiscal Cristian Citterio, en las últimas horas, mandó detener a Elvira Martínez, ex suegra de Cristian Lanatta, bajo la figura de encubrimiento agravado. Sus familiares y su entorno inmediato serían su único soporte. Una voz judicial apuntaba el sábado por la tarde a este medio: "No hay nada que indique, por el momento, que indique que tuvieron apoyo político, de narcos o de barrabravas".

Las líneas de investigación fueron múltiples. En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, se puso en la mira a la barra brava del club Quilmes y a Jorge Osvaldo Goicoechea, ex senador por el justicialismo y jefe de bloque de la bancada K, que se había vinculado a los Lanatta y al triple crimen a través de su hija, con resultados negativos. Pero con su líder y amigo preso en Ezeiza, Cristian Lanatta y Víctor Schillaci reducen sus chances: se vuelven dos prófugos sueltos pero solos y dispuestos a todo.

“El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo”

Paulo Coelho