Peones y titulares de taxis lanzaron ayer un paro por 24 horas, hasta las 18 de hoy, en repudio a la grave agresión que sufrió un conductor el viernes por la noche. El taxista, de 52 años fue baleado por dos delincuentes en un intento de asalto en Juan Canals y Alvear. Recibió impactos de bala en el abdomen, tórax y un brazo y pelea por su vida en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca). "La única solución para que estas cosas no vuelvan a ocurrir es sacar de una vez la recaudación de las unidades", lanzó Horacio Boix, titular del Sindicato de Peones.

El dirigente gremial admitió que la inseguridad en el sector venía en franco descenso desde el desembarco de las fuerzas federales en la ciudad, a mediados de octubre pasado.

"Pasamos de tener cuatro o cinco robos por día a no más de cuatro por semana", precisó. De todos modos, remarcó: "La cantidad de compañeros heridos en 2015 superó los 300, una locura".

El incidente que desencadenó la protesta ocurrió el viernes cerca de las 21. A esa hora, el chofer Marcelo Viva trasladó a un pasajero hasta Juan Canals y Alvear. Al llegar al lugar, el taxista bajó del coche para sacar del baúl el equipaje del cliente, un equipo de audio, y en ese momento fue sorprendido por un hombre que apareció en moto.

De acuerdo a la versión policial, bajó empuñando un arma de fuego y le exigió a Viva que entregue la recaudación y le efectuó cuatro disparos a corta distancia.

Herido de gravedad, el taxista pudo escapar en su propio coche y conducir hasta una estación de servicios de Ovidio Lagos al 3900, donde pidió ayuda.

Desde allí fue derivado al Heca. Voceros de la Unidad Regional II indicaron que Viva sufrió heridas en abdomen, tórax y en un brazo. Fue intervenido quirúrgicamente y permanecía en la sala de cuidados intensivos.

Anoche, al cierre de esta edición el estado de salud de Viva era "gravísimo", según confiaron allegados a la familia. El tachero tiene dos hijos, dos nietos y un hermano colega. Se encuentra en coma inducido, peleando por su vida.

A media tarde, el gremio y las cámaras de titulares de licencias lanzaron un paro por 24 horas. A las 18 ya no había taxis circulando por las calles de la ciudad, en repudio a la brutal agresión que sufrió Viva.

La medida de fuerza, que podría extenderse de agravarse el cuadro del agredido, tiene especial impacto por efectuarse en pleno fin de semana largo y en tiempos de comienzo de vacaciones.

Boix confirmó a LaCapital que a pocas horas de conocerse el ataque "autoridades provinciales y municipales, empezando por el propio ministro de Seguridad (Maximiliano Pullaro) se comunicaron con nosotros para expresar su solidaridad y ponerse a disposición para acordar medidas en el corto plazo". Se prevé una reunión para mañana.

Sin embargo, el histórico líder del gremio de los peones ratificó el paro, al menos hasta hoy a las 18. "Lo que ocurrió fue de una inusitada gravedad, que no podemos dejar de pasar por alto. Paramos en solidaridad con la familia del compañero atacado y en reclamo de medidas urgentes para que esto no vuelva a ocurrir", planteó Boix.

Más crítico fue José Iantosca, tesorero de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis de Rosario (Catiltar). A través de su cuenta en la red social Twitter arremetió: "Linda forma de empezar el año. Después te obligan a trabajar y te abandonan".

El jefe de los peones de taxis locales reconoció que la inseguridad había disminuido desde octubre a la fecha. "Desde que llegaron los efectivos de la Policía Federal se notó una merma muy grande de los hechos de violencia. Esto marca un quiebre", se lamentó.

Según Boix, el sector pasó de contabilizar "unos cuatro o cinco robos por día, en especial durante la noche a no más de cuatro casos por semana. Esperemos que las fuerzas federales no se vayan de Rosario con la llegada del nuevo año y los índices no se disparen".